martes, 26 de julio de 2016

El final (que es el principio)

Esto puede leerse como un Diario de Bridget Jones sin final feliz, un intento de Sex and the city del conurbano o (para las más contemporáneas) una imitación de las historias sin filtro que relataba la gran Lena Dunham en su serie "Girls" de HBO de la que soy fanática.

La idea es contar (y advertir) sobre la cantidad de idiotas que podes conocer si te quedás soltera en tiempos de Tinder. Una especie de terapia grupal. Sé que somos muchas, así que si te pasó algo parecido, si te divirtió la historia, si estabas pasando un momento de mierda y te distrajo, comentá, compartí hermana. No estamos solas!

Todo empieza con una separación traumática de un flaco que nunca estuvo enamorado de mí. Nunca nos pusimos "de novios", pero estuvimos juntos 4 años.

Cuatro años de mieeeeerda, remándola en dulce de leche. Forzando situaciones  para que hagamos cosas "de novios", cuando él solo quería ocultar la relación.  ¡Que idiota! No podía ver que la respuesta era SIMPLEMENTE NO TE QUIERE (película de la que también soy fan). El chabón no me quería. Teníamos buen sexo y nada más. Y resulta que, obvio, me cagó.

Era verano. No había sido una buena noche, para variar. Yo había vuelto de Brasil esa tarde (a donde había viajado con mi mamá porque él no quería ni irse de vacaciones conmigo) y estaba enojada porque no habíamos hablado mucho durante mis vacaciones. Bah, basicamente él no había contestado muchos de mis mensajes.

Nos fuimos a acostar medio enojados. De hecho le había comprado un perfume en el freeshop y no se lo había dado porque no estaba segura de haberlo perdonado. Estabamos durmiendo, sonó su despertador y me levanté a apagarlo. Ahí veo que a las 2 de la mañana le había llegado un mensaje que decía "dormis?". La autora era alguien agendada como "hermanita" pero que, como se imaginarán, no era su hermana.

Era una piba que conoció en otro laburo, que era una subordinada de él y hacía unos meses le había mandado audios desde un recital de Arjona, lo que por supuesto había generado una pelea. COMO SIEMPRE CHICAS, la sospecha de que entre ellos pasaba algo más, se confirmaba.

Mi reacción fue despertarlo y romperle un par de cosas. Él vivía en un departamento bastante chiquito. Hubo gritos y los vecinos llamaron a la policía. La escena terminó con él llamando a mi mamá, que llegó en simultanéo con las agentes que intentaban calmarme.

El final de todo fue en casa. Llegué, agarré mi notebook y empecé a postear en Facebook una catarata de fotos juntos para que toooooooodos se enteren que sí habíamos sido novios. Todavía no sé para qué. Habrá sido la manera que encontré de cagarlo yo a él.

Este final es el principio (como indica el título) porque sigue con el consejo de mis amigas: tenés que escribir un libro de esto (cuando dicen "esto" se refieren a los boludos que empecé a conocer después). 

No fui tan ambiciosa, no escribí un libro, pero sí me animé a empezar a escribir este blog para que alguien se ría, se indigne o se asqueé con las experiencias por las que pasé en ese año y media de soltería.

Así que, acá va...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció la historia?